Fiscal interviene dos conexiones clandestinas a pedido de la Essap

 

La Essap halló una conexión clandestina en un edificio de 5 pisos en construcción. La fiscalía intervino a pedido de la empresa sanitaria.

El fiscal adjunto Luis Muniagurria, de la Unidad Fiscal N° 3, esta mañana intervino dos predios en Asunción que poseían conexiones clandestinas de agua potable de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay S.A. (Essap).

La intervención se realizó a pedido de la Asesoría Jurídica y la Gerencia de Agua no Contabilizada (GANC) de la Essap. El procedimiento estuvo acompañado por el asesor jurídico de la empresa sanitaria Alejandro Nissen, técnicos y funcionarios.

La denuncia es por ?hurto de agua, hecho punible contra los bienes de la Essap y daños a medios técnicos de trabajo?. Se hará una pericia para determinar el perjuicio causado a la Essap.

Las conexiones clandestinas están tipificadas como hurto de agua y los responsables son pasibles de penas privativas de libertad de hasta 5 años o multa.

El primer predio intervenido está ubicado sobre Gaudioso Núñez entre José Asunción Flores y Teodoro S. Mongelós, del barrio Mburicao, de Asunción. La propiedad alberga un edificio en construcción de 5 pisos, a nombre de Miguel Vera y Aragón. Se estima que la conexión clandestina se arrastra desde el 2006, y de ese tiempo a esta parte la propiedad pasó a mano de varios dueños.

La segunda intervención se realizó en una playa de venta de automotores ?Autocenter?, ubicada en Gaudioso Núñez y Teodoro S. Mongelós, de Asunción. El corte por falta de pago se había realizado en noviembre del 2011. La conexión la habría hecho un funcionario de la Essap que supuestamente iría mensualmente a cobrar. Esto está siendo investigado por la empresa y la fiscalía. La propietaria es la señora Plasida Canella Del Puerto.

Se procedió al corte de la conexión.

Se estima que la conexión clandestina se arrastra desde el 2006.

La denuncia fue hecha ante la Fiscalía de la Unidad N° 3, a cargo del fiscal adjunto Luis Muniagurria.

 

A metros de la primera intervención, la Essap encontró otra conexión clandestina en una playa de venta de automóviles.