El futuro del agua en Paraguay

 

Las fuentes del vital líquido representan un recurso limitado que deben ser respetadas y explotadas de la manera correcta.

Paraguay es un país que contiene valiosos recursos naturales. Estas riquezas naturales son producto de cientos de millones de años de evolución, donde la naturaleza realizó sus propios procesos, teniendo en la actualidad una diversidad de ecosistemas que nos permiten desarrollarnos como habitantes de este país.

A partir de allí se puede afirmar que la naturaleza puso mucho trabajo de su parte y a cargo de las personas queda la administración en forma racional de las mismas.

Los seres humanos a nivel global y en particular las personas que vivimos en Paraguay, de una u otra manera hemos alterado los patrones de los ecosistemas, como así también sus procesos y su biodiversidad.

Las personas nos hemos convertido en ingenieras de los ecosistemas, redefiniendo las formas y los procesos de éstos.

Nuestro país tiene el mayor potencial hídrico en la región, con disponibilidad de agua per cápita anual, con una cifra de 67.000 m3 por habitante. Esta cifra es posible debido a que se cuenta con aguas subterráneas, superficiales y atmosféricas, pero la distribución de estos tipos de agua no es homogénea en todo el país.

En lo que se refiere a aguas superficiales, Paraguay posee una red hidrográfica significativa dentro de la gran cuenca del río de la Plata. Si bien la disponibilidad de los recursos hídricos superficiales es grande, la distribución espacial no es equilibrada.

Agua para la gente
Se puede mencionar que al año 2005 la cobertura del servicio de agua potable en red a nivel nacional llegó al 63,2% de los hogares. En cambio, estos resultados son muy diferentes si son discriminados por departamento.

Asunción presenta una cobertura de 92%, mientras que Boquerón sólo posee el 2% de conexiones. Los datos para el año 2013 han variado, habiendo un porcentaje mayor de cobertura.

A pesar de que se tiene los tres tipos de agua, el agua mayormente utilizada para el abastecimiento de las poblaciones es el agua subterránea, en un 75% de los casos.

Esta realidad afecta y causa una fuerte presión sobre algunos acuíferos en especial, por ejemplo el acuífero Patiño que abastece demandas de Asunción y la Gran Asunción. Estudios de calidad de agua realizados en zona del acuífero Patiño han dado resultados que indican contaminación de tipo domiciliario e industrial.

Agua para la alimentación y la industria
Para la actividad del sector primario, el agua es de suma importancia para la producción agrícola. La extensión de la frontera agrícola sigue avanzando sobre los montes y bosque naturales, habiendo un aumento creciente en los últimos 20 años, donde el cultivo y la exportación de granos es uno de los mayores factores que influyen. A su vez, esto expone a los suelos deforestados que anteriormente tenían montes o bosques y cumplían una función especial en sus sistemas.

En caso de que los suelos expuestos no reciban un tratamiento adecuado, el suelo y el agua sufrirán cambios cualitativos y cuantitativos. El uso no adecuado de agroquímicos puede ser un factor de riesgo para el cambio de la calidad de las aguas tanto subterráneas como superficiales.
Restaurando los bosques aseguramos el agua.

Proyección de las Naciones Unidas
Las Naciones Unidas ha establecido como objetivo para el año 2015 reducir a la mitad el número de habitantes del planeta privados de instalaciones de saneamiento básicas, aunque este objetivo parece utópico cuando las proyecciones establecen que en 20 años dos tercios de la población mundial no tendrá acceso al líquido vital, producto del derroche que hacemos los humanos de este preciado recurso.

¿Qué podemos hacer para evitar el derroche y cuidar el agua?
1. Reportar las fugas de agua que se encuentran en la vía pública.
2. Reparar las instalaciones que estén perdiendo agua: una gota por segundo supone 30 litros de agua al día.
3. A la hora de comprar electrodomésticos, tratar de conseguir los bajo consumo de agua.
4. Utilizar la ducha en vez de bañera: 30 contra 100 litros respectivamente.
5. Cerrar las llaves mientras se enjabona, lava los dientes y afeita.
6. Lavar el automóvil con balde y no con manguera: 60 frente a los 500 litros respectivamente.
7. Regar el jardín y las plantas únicamente dos veces por semana, de preferencia por la noche.
8. No utilizar la manguera para lavar los pisos de las veredas y hacerlo la menor cantidad de veces posibles.
9. Usar la lavadora con la carga máxima de ropa.
10. Evitar arrojar a los desagües cualquier cosa que no sea agua o líquida.
11. Al descongelar alimentos no hacerlo bajo el agua, es prudente sacarlos del congelador el día anterior.
12. Consumir productos reciclados o reciclables, ya que en su proceso se ahorra mucha agua.
13. Consumir frutas de estación, ecológicas y de la localidad; la producción intensiva supone grandes cantidades de agua para el riego, además de utilizar pesticidas.

Fuente: http://www.agua.org.py
             http://www.ecoportal.net